¿Sabes?

¿Sabes cuando crees que alguien te va a salvar la vida y abres tus pulmones pensando que con su sonrisa conseguirás llenar todo el aire que te falta? Pues tú no eras ese aire, ni esa sonrisa, ni siquiera el chaleco salvavidas que nunca llega a tiempo. Tú eras la ilusión de un recuerdo que antes lleno mis pulmones aunque tenían suficiente aire, los lleno tanto que al final el aire acabo desbordándose y ahora queda lo justo para seguir sin demasiados disgustos, sin demasiadas caídas… Seguir sin más, con los ojos abiertos por si hay agujeros en el suelo, para no caer porque nadie va a tenderme el brazo para subir luego, porque no lo ven, porque nadie lo está viendo, porque yo solo se llorar de rabia, que de tristeza siempre sonrió y hoy ya no tengo los ojos brillantes y mi pulso va lento, para no hacer mucho ruido, para que nadie lo vea, ni nadie lo sienta, porque no merece la pena, ya no…