Pensaba en lo bonito que es cuando conoces a alguien.
 Cuando  no sabes nada de él. Cuando lo único que tienes es una primera  impresión, ese primer contacto, esas primeras palabras que se cruzan, un  hola tímido, y poco más. Pero lo mejor viene después. Cuando la cosa  empieza a funcionar, cuando aparecen las primeras miradas, y las  primeras palabras se convierten en conversaciones sin freno que algún  que otro intenta acallar. Y comienzas a darte cuenta, que ese idiota que  tenias sentado al lado te está calando hondo. Que las confianzas han  llegado hasta puntos extremos. Y que ya no es uno más, sino que es ese,  ese exactamente.
Cuando  no sabes nada de él. Cuando lo único que tienes es una primera  impresión, ese primer contacto, esas primeras palabras que se cruzan, un  hola tímido, y poco más. Pero lo mejor viene después. Cuando la cosa  empieza a funcionar, cuando aparecen las primeras miradas, y las  primeras palabras se convierten en conversaciones sin freno que algún  que otro intenta acallar. Y comienzas a darte cuenta, que ese idiota que  tenias sentado al lado te está calando hondo. Que las confianzas han  llegado hasta puntos extremos. Y que ya no es uno más, sino que es ese,  ese exactamente.Y entonces recuerdas, aquella sensación del primer día, ese miedo que tenias de mirarle a los ojos, esa sensación de incomodidad que ha desaparecido, ese miedo a que la historia volviese a ocurrir…y así ha sido, una vez más: has caído, y has perdido.Estas enamorada como una idiota.
 
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