Mal de amores. Y no se cura fácilmente. No existen medicinas. Ni  remedios. No se sabe cuándo pasará. Ni siquiera se sabe cuánto duele.  Sólo el tiempo lo cura. Mucho tiempo. Porque cuanto mayor ha sido la  grandeza de un amor, tanto más largo resulta el sufrimiento cuando éste  se acaba. Es como las matemáticas: se trata de magnitudes directamente  proporcionales. Matemática sentimental.

 
No hay comentarios:
Publicar un comentario